sábado, 11 de enero de 2014

"EL PRETICANTE" (Lectura Online).- Notas del Autor

              
                                           NOTAS DEL AUTOR

Es imprescindible para entender esta narración, conocer cuál fue la semilla de la que ha germinado esta historia.
Un 12 de junio de 2008, me decido a publicar un blog dedicado a la enfermería. Pero no quería centrarme en el aspecto más científico y divulgativo de mi profesión, ni pretendía ser un mero transmisor de noticias relacionadas con la labor enfermera.
El nivel de frustración profesional entre mis colegas, el estrés, la sobrecarga de trabajo, amenazas y agresiones, y sobre todo la falta de respeto de una parte importante de nuestra sociedad hacia nuestra labor, me decidió a mostrar en el blog en qué condiciones se trabaja en la mayoría de centros sanitarios. Mi primera intención fue dignificar mi profesión, por tanto.
Mi segunda intención era un poco más soterrada y, si me permiten, más maquiavélica.
Pretendía poner a mis colegas frente al espejo, mostrarles nuestras miserias, nuestros vicios y malos comportamientos…no todos los males de la sanidad provienen de los usuarios, ni mucho menos. Gran parte de responsabilidad de estos problemas radica en nuestro propio gremio, y es necesario que sepamos identificar dónde fallamos para poder mejorar la calidad de nuestra asistencia en el futuro.
Con estas dos premisas nace el blog El “Preticante” (forma coloquial andaluza de decir Practicante), y para conjugar ambos objetivos pensé que lo mejor era contar una historia.
Una historia ficticia pero basada en hechos reales, con multitud de anécdotas que hemos vivido, aunque en muchos casos rayando la exageración propia de mi tierra, sin la cual el “espíritu” del blog no sería el mismo.
Huelga decir que todos los personajes que aparecen en esta historia son igualmente ficticios, y cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia, o producto de una retorcida imaginación enfermiza.
El Hospital Puerta de San Pedro, donde se desarrolla la novela, no existe.
No pierdan esfuerzos buscándolo en internet o en guías de viaje. Tan sólo existe un hospital en La Línea donde tengo el gusto de trabajar con compañeros extraordinarios en una unidad de Medicina Interna donde somos una gran familia. Con nuestras discusiones, tiras y aflojas, momentos de risas y lamentos… pero familia al fin y al cabo.
Me anticipo a aquellos que puedan sentirse molestos con la forma de hablar de algún personaje, pidiendo disculpas si alguien se siente ofendido, aunque como buen andaluz que me considero, soy el primero en reírme de mi propio habla y no renuncio a la riqueza de mi dialecto. Por eso no me avergüenzo de escribir “en andaluz”, porque yo soy el primero que habla así (y con gran orgullo, por cierto).
En todo caso, del primero que me río es de mi mismo, que acostumbro a emplear algunas de esas expresiones, e incluso seseo y ceceo a discreción y sin complejos.
También me consta que en determinados estamentos sanitarios el blog ha levantado no pocas ampollas.
Les pido que miren El “Preticante” con otros ojos, no se queden sólo con su parte ácida y crítica.
Sé que no le agrada a nadie que le señalen sus fallos, pero no hay otra manera de subsanarlos en el futuro, si es que hay voluntad para ello.
Hace casi dos años, cuando dos compañeros de Medicina Interna me animaron a “novelar” la historia que estaba escribiendo en el blog, no podía ni imaginar lo problemático que iba a ser. Y es que no es lo mismo escribir por “entradas” o “posts” que escribir un libro. Pero debo reconocer que sin la inspiración de ambos y su fe en este proyecto, difícilmente me hubiera embarcado en esta empresa. También a los dos debo el “virus” que me han inoculado desde hace años con el complicado universo de la Blogosfera Sanitaria. Sin ellos, no existiría El “Preticante”, no tengo la menor duda.
Mi eterno agradecimiento al resto de compañeros de Medicina Interna que han inspirado muchos pasajes de esta historia, y de los que me siento orgulloso de llamarme compañero y, en algunos casos, amigo.
Hago extensible este agradecimiento a todos los compañeros del resto del hospital, en especial aquellos que comparten conmigo cientos de kilómetros de carretera a la semana y cuya compañía hace el camino más ameno. Sería injusto nombrar a alguno, porque son muchos y muy valiosos para mí tanto en lo profesional como en lo personal.
Y por supuesto, mi infinito agradecimiento a todos los que han apoyado esta idea desde el principio.
A los que alguna vez han visitado el Blog y se han sentido parte de la historia.
Para mí es un orgullo saber que he podido provocar algunas risas o que he contribuido a que una mala noche de guardia en el hospital, fuera menos mala por unos minutos.
Ver El “Preticante” hecho novela es un sueño que quiero compartir con todos vosotros.
Muchísimas gracias a todos.


                                                                Alberto Puyana.

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